Remar es exigente tanto física como mentalmente, pero sin una buena técnica, el progreso se estanca. En esencia, se trata de repetir el mismo ciclo de movimientos con precisión durante largos periodos de tiempo. Una técnica correcta no solo me ayuda a generar más potencia, sino que también reduce el riesgo de lesiones. Con una técnica más limpia, se requiere menos esfuerzo para mantener una velocidad determinada, lo que significa que puedo ir más rápido con la misma energía. La maestría en el remo refleja una mentalidad orientada al detalle y a la acción . Con el tiempo, a menos que haya una intención consciente de mejorar, los hábitos técnicos se vuelven más difíciles de cambiar.

En mi vida diaria, abordo el tiempo de la misma manera que abordo el entrenamiento: con propósito . Priorizo mis compromisos para aprovechar al máximo cada día, equilibrando el estudio, el descanso e incluso las tareas cotidianas que impulsan el rendimiento. Me adapto constantemente, sopesando los costos de oportunidad y ajustándome a las exigencias del momento.